sábado, 21 de junio de 2014

Los Planetas.



¿Que por qué os cuento esto? No lo sé, ¿por qué os cuento todo lo demás?, no lo sé, mitad ego, mitad necesidad de sacar cosas de dentro de mí.

¿Que no sabéis quiénes son Los Planetas?, bueno, pero seguro que sí sabéis lo que es tener una parte de vuestra vida que recordáis como si hubiera sido un sueño (o una pesadilla).

De eso va esta historia, de eso y de recuperar algo que siempre fue mío. Parecerá que hablo de música pero, en realidad nunca hablo de música, hablo de mí y de lo que me ocurrió mientras sonaban de fondo.

Hace ahora 20 años que debutaron Los Planetas, el grupo indie de España, el grupo por excelencia, el mejor grupo de la historia de la música española, aquel que llegó a las masas, aquel que hizo siempre lo que quiso y que llenó mi vida de sus canciones de forma casi obsesiva durante 7 años.

Tras una larga pausa vuelven a los escenarios, y seguramente sacarán nuevo disco.

Los Planetas es un orgullo de Andalucía, yo provengo de Andalucía, un imperio en sí mismo que sobrepasa cualquier definición geopolítica.

Fue fantástico ser adolescente y entrar en la universidad mientras Los Planetas explotaban de creatividad.  Fue genial oirlos en cada fiesta, ir a sus conciertos, esperar sus nuevos discos.  Aquella Andalucía me volvía loco, llena de juergas, gente joven que aún no se había marchado y conciertos, muchos conciertos.

Super 8, su primer disco, cambió nuestras vidas, nadie escribía esas letras en castellano, nadie tenía esas melodías tan perfectas, al menos nadie que no fuera de UK o de USA.

Y las fiestas siguieron, y Los Planetas se mezclaron como uno más con gente como Pixies, Faith No More, Pearl Jam o Soundgarden.

Todo el mundo era indie, todo el mundo amaba el rock, la gente que me rodeaba era así, desde la chica más delicada y dulce del mundo hasta el macarra melenudo más grasiento que podáis imaginar.

Nos gustaban Los Planetas, a las chicas le gustaban Los Planetas, era divertido ir a sus conciertos y ver a Florent con sus gafas de sol y a J como un frontman totalmente único.

La música de Los Planetas me lleva allí, y me lleva a gente que conocí entonces, llevo años intentando superar esa losa, amigos que ya no están, lugares a los que nunca volveré, y chicas que ocuparon un lugar.

Nadie ha hecho la música de Los Planetas, nunca nadie ha hecho nada igual, es una jodida verdad...esas capas y capas de distorsión entre melodías a lo Beach Boys son algo fantástico.

Hubo ese punto, ese momento en el que te decías "nada de esto puede ir a más", pero tras la infravalorada obra maestra "Pop" llegó el culmen con "Una semana en el motor de un autobús", el mejor disco de la historia de la música en castellano, así, sin más.

Y más tarde aquel genial recopilatorio con caras B llamado Canciones para una Orquesta química, todo aquello era una auténtica gozada, no podía parar de sonreir.

Mi vida empezó a ir al ritmo de su música, sus letras hablaban sobre mi vida, yo pisaba los lugares de los que ellos hablaban en sus canciones, y fue bonito al principio, muy bonito, pero mi vida fue cambiando también al ritmo de su música. 

Poco a poco sentí que nunca podría recuperarlos...no si no quería volver a aquellos recuerdos.  Me sentía como en una película en la que todo explota e intentas coger de la mano lo que puedes para salvarlo del hundimiento.

Saqué como pude a Pearl Jam para que siempre fueran míos y los Pixies casi se me escapan entre los dedos pero, tuve que ver mientras huía como Los Planetas o Héroes del Silencio se descolgaban por el foso y caían.

Con aquello acabaron Los Planetas para mí, habían sido 7 años maravillosos, luego vinieron dos o tres discos fantásticos más pero yo ya no pude disfrutarlos, los compré y los guardé en la estantería como el que compra de forma automática.

Oirlos era volver a todo aquello. Aquella época, aquellos lugares, aquella gente me los robó.

Los Planetas me lo advirtieron en su canción La Caja del Diablo pero yo no supe verlo a tiempo:



"Siento una sensación intensa entre los oídos. A partir de ahora todo es distinto. Encerré al diablo en esta caja y me he dormido. Cuando me despierto, la veo sentada sonriendo sobre mi cama. Mira dulcemente, y me besa y me abraza. 
Pronto siento que algo me está robando el alma. 
Con esfuerzo consigo 
separar sus labios de los míos. 
Logro separarme escupiendo sangre. 
El roce de su piel quema mi carne. 
Mira desde la cama 
inocente y asustada. 
La piel brillando casi con escamas 
y descubro un brillo endemoniado en su mirada, 
 
Vuelvo hacia la caja y siento 
un escalofrío al verla destapada. 
Cuando vuelvo la mirada 
no está ella 
ya no hay nada, 
sólo hay una risa que me hiela el alma. 
Algo muy difícil de explicar con palabras".





Desde hace casi 15 años intento recuperarlos, buscar en mi cabeza y separar lo que siempre fue mío, extraerle todos aquellos recuerdos que se pegaron a su música, quiero volver a disfrutar de sus canciones sin nada que me lleve allí.

Quiero ser ese chico de 18 años que sonreía en cuanto un acorde suyo sonaba por el espacio.

Y voy a intentarlo, voy a coger sus discos y voy a gritarme a mí mismo que me pertenecen y que nadie ni nada me los arrebató jamás.

Voy a llorar si hace falta y voy a extirpar todo lo malo que quedó pegado a esas canciones.

Muy pronto no recordaré nada, sólo que estoy escuchando al mejor grupo de la historia de la música en España.

Voy a conseguirlo, lo sé.

Mi vida ahora es tan feliz que voy a conseguirlo.