viernes, 15 de abril de 2011

Escritura automática

¿Sabéis esa sensación extraña de que estás en un momento especial? Cómo si estuvieras imbuido en una película de Andrei Tarkovski. Yo la tengo ahora, pero no puedo expresarme creando cosas como Stalker, ni tan siquiera como El Espejo.

Esos momentos especiales en los que sientes que quieres coger un trozo de tu mente y plasmarlo en un papel aunque no le importe a nadie o sea una soberana estupidez lo que escribes. Simplemente te pones y escribes, intentas capturar el momento, como si fuera una fotografía de tu cerebro. En escritura automática

Pienso en cosas pasadas y en cosas presentes, escribo sobre cosas importantes y cosas absolutamente vanas.

Si volviera atrás en el tiempo tal vez volviese a hacerlo todo igual, al fin y al cabo, soy lo que soy también por todo lo que hice o dejé de hacer.


Y quizás ahora sepa más que entonces, pero las cosas siguen doliendo. Eso es una de las cosas mágicas de la vida y también de las cosas malditas...que no sabes qué te espera de aquí a unos segundos...no digo ya días.


Y sólo sé que hay olores, recuerdos y sensaciones que nunca más volveré a tener. Tengo millones de olores, recuerdos y sensaciones nuevas pero...algunas cosas no volverán.


Hacía mucho tiempo que no escribía en escritura automática, antes siempre lo hacía. Rellené algo así como 54 volúmenes de escritos entre 1993 y 2001. A una media de 9 por año. No esperaba reinventar la literatura autobiográfica, ni tampoco dejar al mundo un legado de "lo maravilloso que soy y no conocéis". Creedme que no tengo ese ego.

No, simplemente llevaba siempre conmigo un volumen en el que plasmaba ideas sueltas, con o sin sentido, razonamientos, frases y situaciones que pasaban en mi vida. La vida de un chico que intentaba avanzar entre un montón de cosas extrañas y otras francamente divertidas.

Escribía y escribía, jamás le dejé a nadie leerlo. A nadie...

Podía hablar de todo, desde de cómo había jugado ese día con el equipo, cómo era la canción nueva compuesta por JMDA, Body y yo o cómo eran las nuevas chicas llegadas a mi ciudad procedentes desde Dios sabe donde.

Pero a veces también hablaba de cosas como que echaba de menos selecciones como Yugoslavia o la U.R.S.S., o cómo me gustan los Renault 8 de 4 faros.

Cosas que no le importan a nadie pero que moldean un ser humano, somos bastante más que unos y ceros. Escribía y escribía. Nunca sentí vergüenza pasado el tiempo por lo escrito.

Ahora es algo así, sólo que no cojo los eternos bolígrafos de gran grosor que siempre usé. Ahora me siento frente a una fría pantalla y os dejo leer estas cosas.

Pero todo es mucho más frío que antes, sobre todo porque ahora escribo en una megared mundial en la que puedo deciros que me gusta la música de Prince o que me gustan los coches Traband y los BMW X7 o serie 700...pero, en el fondo, sabéis que todo lo que escriba está condicionado porque será leible.

Las canciones que compusimos JMDA, Body y yo eran muy buenas porque no pensábamos que fueran a oirlas nadie, componíamos para nosotros y eso hacía que hubiera magia.

Me encantan las portadas de los discos de Death Cab for Cutie, me parecen de lo más maravilloso del mundo. Todas menos la de Transatlanticism, creo que si mi banda hubiese seguido tras firmar el contrato discográfico hubiera buscado portadas así.

Echo en falta escribir así, automático, sin releer ni volver atrás, simplemente poner un párrafo sobre lo que venga a mi cabeza mientras oigo música de fondo.

Ahora oigo Beck y pienso en lo maravilloso que es pasear por Cádiz, o cómo espero que en los próximos playoffs de la NBA alguien coja a los Miami Heat y los elimine sin remisión, y que le pase lo mismo a los Bulls para después mandar a Derrick Rose a un equipo de baloncesto para niños de 10 años y que así pueda aprender conceptos básicos del baloncesto como "pasa la maldita pelota" o "no hagas siempre la misma entrada, tira desde fuera también".

Por mi cabeza siempre pasan miles de pensamientos, leo y leo, miro e intento comprender toda la información que pasa.

Estudié Historia porque amo la Historia, hice la carrera porque me gustaba la Historia. Es el mejor motivo del mundo. Ahora sigo amando la Historia, leo cosas de Historia, veo documentales de Historia y tengo un papelito sin importancia que me dice que durante un tiempo fuí a unas clases y contesté lo que querían que contestase en unos papeles. Nada más. Soy feliz de que me guste la Historia y aprender más cada día, no de que me den papeles con títulos.

Trabajo en Sony porque me gusta Sony, creo que es el mejor motivo del mundo. Hay quien me dice que no soy funcionario...vale, pero soy feliz.

Duermo poco, pero es la única manera de saber sobre Trabands, Historia, Prince, Sony, escritura automática, Tarkovski, Cádiz o portadas de Death Cab for Cutie.

No sé si mis volúmenes siguen en Córdoba, en casa de mis padres, creo que sí, espero que no se los hayan comido mis sobrinos...

No tengo nada que ocultar en ellos.

De hecho no tengo nada que ocultar en mi vida...¿sabéis lo a gusto que se duerme así?. Yo debería saberlo pero, desgraciadamente duermo como el culo. Desde niño he dormido como el culo.

En fin...iros ya a dormir que es tarde...